Ella

Si midiera diez centímetros más estaría en su peso ideal, asunto que en apariencia le importa muy poco pero que en realidad es un duro golpe a su vanidad y evidencia clara de su incontrolable gusto por el pan de dulce.
Tomar un curso de Gestalt la convirtió al mismo tiempo en una mujer más humana y exigente. A sus veintinueve años se volvió selectiva, evitando las pláticas superficiales. ¿Para qué pisar hojas secas si debajo hay tierra firme? Centrada en el momento, vive el aquí y el ahora, entregada apasionadamente a cada situación que se le presenta.
Sabe usar la primera persona del singular en cada una de sus afirmaciones pues no sabe abrir la boca nada más porque sí. Se compromete con cada una de las palabras que pronuncia. Lo malo es que espera que todos los demás actúen de igual manera lo cual le ha ocasionado grandes decepciones.
Intensa, ese es el vocablo que la describe. Agresiva y egoísta, le han dicho en algunas ocasiones. Con ella no hay términos medios, ni grises ni quizás. Se es o no se es y nada más. Por eso, sus lazos son definitivos. Sus enojos duran un momento y sus afectos son para siempre.
Incapaz de sentir celos, reverencia la lealtad aunque no comprende por completo el concepto de fidelidad. En cuestiones íntimas es muy cuidadosa de la higiene. Mejor no me preguntes, que no sabré decirte mentiras, es uno de sus lemas.
Su piel contrasta dramáticamente con los colores vivos que acostumbra usar como vestimenta. Cuando sonríe, parece que en ella ha reencarnado la belleza. Su mirada camaleónica lo mismo expresa amor que una crueldad despiadada. Responsable, confiable, muy buena amiga pero no siempre buena pareja. Sin embargo, cuando se entrega no guarda reservas.
Posee un gran dominio de la escala tonal de sus emociones, pasando de las lágrimas sufrientes a la sonrisa estridente con suprema honestidad. Y a pesar de todo hay dos cosas con las que no acostumbra jugar: las lágrimas y las mujeres.
Para vivirla, hay que aprender a sortear sus constantes y marcados cambios de humor debidos a su intensidad y apasionamiento. Propensa al drama aunque al final sepa encontrar soluciones prácticas. Generosa en muchas de sus pertenencias, nunca prestará sus libros ni se deshará de sus plumas fuente.
Disfruta el primer café de la mañana como si fuera el último que tomará en su vida. Colecciona mascadas y no importa cuántas tenga, siempre se comprará alguna otra sólo por el placer de sentir seda nueva en su cuello.
Es incapaz de salir de una librería sin adquirir nada excepto cuando no tiene pues no sabe administrarse. Suele reírse con franqueza y sobre todo si se trata de ella. Entonces se ríe de sí misma con la carcajada completa.

4 comentarios:

Unknown dijo...

¡Hola!
Me encanto, creo que al igual que yo, describes mas a la persona que a la figura; comparto el amor por el pan dulce.
Sabes, antes solia decir a mis amigas talla 1, que habia una mujer delgada dentro de mi, me la comi anoche
jajaja
Pero bueno

Palomilla Apocatastásica dijo...

Esto es una radiografía perfectamente delineada de una Lorena plena que sabe vivir. Gracias por "desnudar" tu personalidad de esa manera.
Palomilla lectora

Lulú dijo...

Sanmillán. Amiga.

Me es muy difìcil encontrar el modo de agradecer que nos regales textos como este. Es hermoso.

Gracias...

Gracias...

Gracias...

Besos F d S

Carolina Burboa dijo...

Bello, bello, Lorena, me encantó tu texto, esa delicadeza con la cual señalas las cosas cotidianas de tu vida, por mas banales que parezcan.

Saludos