Puto el que lo lea.

Tenía 8 años cuando comencé a escribir. Cogí el cuaderno de mi compañera de banca y escribí “PUTO EL QUE LO LEA”; lo escondí dentro de sus útiles para después delatar con el profesor el florido lenguaje de ella: Camila. Harta de sus burlas fue mi forma de ponerle fin, y aunque lloró incesantemente nadie la libró de un reporte. Camila me amenazó de muerte pero yo le enfaticé mi descaro: “Soy mas lista que tú, no pierdas el tiempo, eres… una boba.”
La riña continuó unos días después, pero nadie como yo para el drama, así que ante las múltiples acusaciones, resbalé sobre mis mejillas lágrimas y recordé el indicio del mal comportamiento de Camila; esa era su suerte: ser la grosera y mentirosa del salón.
En quinto grado me enamoré de su primo, quien ingresó al colegio por un cambio de casa. Paco era un niño pelirrojo y bravucón, travieso y muy guapo; cuando Camila intuyó mis intenciones quiso prevenirlo pero… nadie como yo para coquetear. Paco y yo fuimos novios casi tres semanas, nos animo el poder compartir secretos, yo le confesé ser la mente criminal de todas las fechorías imputadas a su prima; él ser la causa de que sus padres se divorciaran. Cargados de culpa nos dimos nuestro primer beso.
Paco resultó tener una mente más perversa que la mía; ideó dejar huella de su coraje y juntos pintamos en la puerta de la dirección: PUTO EL QUE LO LEA, como sello de su prima. Camila había ido demasiado lejos, se fue suspendida por dos semanas. A Paco le dio miedo compartir y se interesó más por el béisbol, yo fingí poca importancia y me hice novia de su amigo Juan. Aprendí, quién quiere ser culpable vive al limite sus culpas y quién quiere escribir, aunque sea en las bardas es un buen inicio.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

UN INICIO ESCULTURAL BIEN TRABAJADO Y CON RITMO QUE INVITA A PEDIR MAS.

Bien trabajado, yo diria AHORA HAY QUE DARLE MAS AL DETALLE, "YA INTEGRAS, HILAS Y MANTIENES" Y ESO SI ES UN EXCELENTE AVANCE. Me gustooo y como siempre, PALMAS, SON POCAS.

Literariamente has crecido bastante, bueno no soy nadie para decirlo, pero así lo veo.

Tengo una amiga que es psiquiatra prestigiosa y me dijo que estaba bien, que exorcizaras tus demonios con un personaje como Camila.

BIEN CIRCUNCI-DADA la causa del primer ósculo. Cargados de culpa nos dimos nuestro primer beso. Yo también ando muy cargado de...


como se dice:
Anngie la libró.
O
Ang Yee la libro.

Nos animó el poder de... (repetición de la palabra poder en el mismo orden de ideas).

Ingenioso en límites desconocido, (ahi, como que la palomilla te va a decir que hacer... si hay que armar de nuevo el parrafo o que, pues yo no le sé bien)

YO digo que la idea de ese: ingenioso en límites desconocido, ES MUY, PERO MUY BUEN INTENTO. Digo yo que es lo mejor de tu experimento.


Aprendí, quién quiere ser culpable vive al limite sus culpas y quién quiere escribir, aunque sea en las bardas es un buen inició.

UJULE... SE TE FUE EL ACENTO AHORA SI EN LA ULTIMA PALABRA DEL TEXTO.

BUEN FINAL TAMBIEN.

Anónimo dijo...

Cómo se dice:
Ahí,
te va a decir qué hacer...
Pérrafo... no parrafo: PÉRRAfo.

ciau.

pd. buena BIOGRAFICCIÓN.

MarvinNation dijo...

Carajo... ¡es Paco!

Angie, interesante tu aportación ¿es una autobio imaginaria o mera ficción?

Hay una frase demasiado metafórica como para funcionar dentro del resto de tu prosa:
"resbalé sobre mis mejillas lágrimas"

Más bien, creo que le falta un coma en algún lado. Creo. La otra, es que también pueda tener un dejo de desorden de palabras. Si dijéramos, por ejemplo: Lágrimas resbalaron sobre mis mejillas, sería más claro.

Lo interesante es que el personaje dice "resbalé", en imperativo, como una actriz que finge llorar. Igual funcionaría, sin nos dejamos llevar por lo histriónico del personaje.

Coincido con Paco en que faltan pulir detallitos de fluidez y claridad, así como los acentos que se fueron. Y si, el final es bueno y en verdad haz crecido literariamente.

Abrazo.

MarvinNation dijo...

Se me olvidó decirte que tu título me pesca de arrogante. Súmamente arrogante.
Porque digo, nos chingas a todos, con la mera intención de chingarnos.

Ni modo, seré puto.

Lulú dijo...

Caramba Angie, un fantástico trabajo y un lujo como el post que abre este taller.

Mi opinión:

Me gustó muchísimo la naturalidad con la que le entras al asunto. Una narración compacta y muy bien dirigida. Cuentas lo que quieres contar, con mucho sentido del humor, enunciados bien construidos, buena estructura y un remate natural y bien pensado. Neta me gustó mucho.

Salvo la ausencia de algún acento, todo estuvo padrísimo. Creo que Marvin tiene razón, la frase en la que nos cuentas como le haces a la chillona pudo estar mejor lograda, pero el narrarlo es un acierto.

Me encantó la sentencia del título y me animó a leer, pues ya más de una vez me han dicho puta, pero puto, de veritas que es la primera.

Un beso y gracias por abrir este changarro
Fer

Anónimo dijo...

Tenía 8 años cuando comencé a escribir. Cogí el cuaderno de mi compañera de banca y escribí “PUTO EL QUE LO LEA”; lo escondí dentro de sus útiles para después delatar con el profesor el florido lenguaje de ella: Camila. Harta de las burlas fue mi forma de ponerle fin, y aunque lloró incesantemente nadie la libro de un reporte. Camila me amenazó de muerte pero yo le enfaticé mi sarcasmo. “Soy mas lista que tú, no pierdas el tiempo, eres… una boba.”
La riña continuó unos días después, pero nadie como yo para el drama, así que ante las múltiples acusaciones, resbalé sobre mis mejillas lágrimas y recordé el indicio del mal comportamiento de Camila; esa era su suerte: ser la grosera y mentirosa del salón.
En quinto grado me enamoré de su primo, quien ingresó al colegio por un cambio de casa. Paco era un niño pelirrojo y bravucón, travieso y muy guapo; cuando Camila intuyó mis intenciones quiso prevenirlo pero… nadie como yo para coquetear. Paco y yo fuimos novios casi tres semanas, nos animo el poder compartir secretos, yo le confesé ser la mente criminal de todas las fechorías imputadas a su prima; él ser la causa de que sus padres se divorciaran. Cargados de culpa nos dimos nuestro primer beso.
Paco resultó tener una mente más perversa que la mía; ingenioso en límites desconocido, ideó dejar huella de su coraje y juntos pintamos la puerta de la dirección: PUTO EL QUE LO LEA, como sello de su prima. Camila había ido demasiado lejos, se fue suspendida por dos semanas. A Paco le dio miedo compartir y se interesó más en el béisbol, yo fingí poca importancia y me hice novia de su amigo Juan. Aprendí, quién quiere ser culpable vive al limite sus culpas y quién quiere escribir, aunque sea en las bardas es un buen inició.

Anónimo dijo...

Tenía 8 años cuando comencé a escribir. Cogí el cuaderno de mi compañera de banca y escribí “PUTO EL QUE LO LEA”; lo escondí dentro de sus útiles para después delatar con el profesor el florido lenguaje de ella: Camila. Harta de las burlas fue mi forma de ponerle fin, y aunque lloró incesantemente nadie la libro de un reporte. Camila me amenazó de muerte pero yo le enfaticé mi sarcasmo. “Soy mas lista que tú, no pierdas el tiempo, eres… una boba.”
La riña continuó unos días después, pero nadie como yo para el drama, así que ante las múltiples acusaciones, resbalé sobre mis mejillas lágrimas y recordé el indicio del mal comportamiento de Camila; esa era su suerte: ser la grosera y mentirosa del salón.
En quinto grado me enamoré de su primo, quien ingresó al colegio por un cambio de casa. Paco era un niño pelirrojo y bravucón, travieso y muy guapo; cuando Camila intuyó mis intenciones quiso prevenirlo pero… nadie como yo para coquetear. Paco y yo fuimos novios casi tres semanas, nos animo el poder compartir secretos, yo le confesé ser la mente criminal de todas las fechorías imputadas a su prima; él ser la causa de que sus padres se divorciaran. Cargados de culpa nos dimos nuestro primer beso.
Paco resultó tener una mente más perversa que la mía; ingenioso en límites desconocido, ideó dejar huella de su coraje y juntos pintamos la puerta de la dirección: PUTO EL QUE LO LEA, como sello de su prima. Camila había ido demasiado lejos, se fue suspendida por dos semanas. A Paco le dio miedo compartir y se interesó más en el béisbol, yo fingí poca importancia y me hice novia de su amigo Juan. Aprendí, quién quiere ser culpable vive al limite sus culpas y quién quiere escribir, aunque sea en las bardas es un buen inició.

Anónimo dijo...

Tenía 8 años cuando comencé a escribir. Cogí el cuaderno de mi compañera de banca y escribí “PUTO EL QUE LO LEA”; lo escondí dentro de sus útiles para después delatar con el profesor el florido lenguaje de ella: Camila. Harta de las burlas fue mi forma de ponerle fin, y aunque lloró incesantemente nadie la libro de un reporte. Camila me amenazó de muerte pero yo le enfaticé mi sarcasmo. “Soy mas lista que tú, no pierdas el tiempo, eres… una boba.”
La riña continuó unos días después, pero nadie como yo para el drama, así que ante las múltiples acusaciones, resbalé sobre mis mejillas lágrimas y recordé el indicio del mal comportamiento de Camila; esa era su suerte: ser la grosera y mentirosa del salón.
En quinto grado me enamoré de su primo, quien ingresó al colegio por un cambio de casa. Paco era un niño pelirrojo y bravucón, travieso y muy guapo; cuando Camila intuyó mis intenciones quiso prevenirlo pero… nadie como yo para coquetear. Paco y yo fuimos novios casi tres semanas, nos animo el poder compartir secretos, yo le confesé ser la mente criminal de todas las fechorías imputadas a su prima; él ser la causa de que sus padres se divorciaran. Cargados de culpa nos dimos nuestro primer beso.
Paco resultó tener una mente más perversa que la mía; ingenioso en límites desconocido, ideó dejar huella de su coraje y juntos pintamos la puerta de la dirección: PUTO EL QUE LO LEA, como sello de su prima. Camila había ido demasiado lejos, se fue suspendida por dos semanas. A Paco le dio miedo compartir y se interesó más en el béisbol, yo fingí poca importancia y me hice novia de su amigo Juan. Aprendí, quién quiere ser culpable vive al limite sus culpas y quién quiere escribir, aunque sea en las bardas es un buen inició.

Carolina Burboa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Carolina Burboa dijo...

Angie:

Tu texto me atrapó completamente, y no precisamente por el título, pero el final, se robó mis palmas.

Saludos

Unknown dijo...

Ay que lindo son todos, pero como si no pusiera erratas no sería una angie, ahora mismo pongo las comas.
Los quiero
a y tambien los acentos
besos a todos aunque sean una bola de putos, jajajaja

Anónimo dijo...

Desde mi domicilio -ya habitual- en el aeropuerto de Chilangolandia, parto en el siguiente vuelo con una sonrisa: Angie, me da mucho gusto ver cómo vas creciendo literariamente... sigo odiando tus acentos y puntuación.

Cuatroletras dijo...

Un relato directo, mantienes la atenciòn.

Quise encontrar en este primer ejercicio tu estilo.

Serà para la otra.

Abrazos