Bésame en el silencio de la noche,
entre los murmullos pasajeros,
arriba a mis sueños lentamente,
desprendiéndome de las insignificancias.
Dibuja unas alas azules en mi espalda,
con los trazos finos de tu pincelada,
mientras canturreas en voz baja
y mezclas los colores en mi cadera.
Llévame de la mano por los bosques,
librándome de la fiera que vive en mí,
calmando esa rabia que ruge sin medida,
solamente con un beso en la noche.
Publicado en Apocatástasis Sep, 2008