Asuntos de Etiqueta

Las etiquetas son importantes, pero en nuestro caso no las del ya empolvado e inútil manual de Carreño, sino las de las etiquetas que les pongamos a lo que escribamos en el taller. Creo que hasta ahora van muy bien y lo mejor es que cada quien ponga como etiquetas lo que mejor crea que define lo que escribió, pero propongo algunas etiquetas genéricas que, cuando se junten más cosas, nos podrían ayudar a buscar temas:

1. Propongo que en cada texto que escribamos una de las etiquetas sea nuestro nombre o pseudónimo (ejemplos B’Lorak, Angie, Fernanda, Sr. Durán, Lorena Sanmillán…).
2. Propongo que pongamos si es ejercicio o texto libre
3. En caso de que sea ejercicio, propongo numerar el ejercicio de que se trate (ejemplo, Ejercicio 1).
4. Propongo que, si se puede, clasifiquemos nuestro texto, cuando menos en narrativa o poesía.
5. En caso de que alguien proponga un ejercicio, la etiqueta sería Propuesta de Ejercicio
6. Textos como éste podemos etiquetarlos como Instructivo

¿Cómo ven? El resto de etiquetas, lo que se nos ocurra, esto no es limitativo, nomás son unas propuestas.

¿Se les ocurren más etiquetas genéricas? Pos en los comentarios ¿Va?

Nuevos Talleristas

La idea es ir haciendo crecer este Taller. No así nomás porque sí, sino de gente que le interese ejercitar esto de andar escribiendo garabatos. Propongo que, así como a mí me tocó invitar a los primeros, todos invitemos a quienes queramos que participen y sí aceptan los vamos sumando.

Podemos ir conociendo también gente que participe en los comentarios, como en tiempos de CdL y que poco a poco sumemos y les demos registro para que sean talleristas. Gente que nos deje conocerlas y, haciendo algo así como méritos con las letras, se van uniendo al grupo.

Cuando alguien quiera proponer a un nuevo tallerista puede bastar con que lo ponga en un post. Igual con la etiqueta de “Propuesta de tallerista”

¿Cómo la ven? ¿Alguien tiene más ideas sobre este tema?

¿De qué se trata esto?

Pues es un taller improvisado pero con mucho cariño. La idea es que escribamos, leamos y opinemos.

Sin muchas reglas ni mucho rollo, sólo seguir en lo que hacemos todo el tiempo, pero teniendo un lugar donde hacerlo juntos.

Creo que el ejercicio uno Salió de maravilla, de algún modo la gente está entrando. Más de 1000 visitas en dos días está padre y todo es gracias a ustedes.

Mi propuesta es que no todo sea ejercicios, cuando alguien quiera escribir cualquier cosa o iniciar una discusión de lo que sea acá está un espacio.

Creo también que estaría bien que todos propongamos ejercicios y les demos seguimiento, que convoquemos más gente, que digamos qué sigue y le demos rumbo.

Propongo que este post lo aprovechemos para poner propuestas sobre cómo organizar y utilizar entre todos este taller. Aunque sean pocas, pongamos entre todos las reglas básicas. Bueno, pero voy a dividir el post de propuestas en tres, reglas básicas, invitados y etiquetas. Opinen plís.

Y bueno, de hecho para empezar, ¿Quién se anima a proponer el ejercicio 2?

Biografía NO autorizada de JOA

JOA fue mal hablado y tuvo mala letra desde que empezó a escribir; por más caligrafía fue inevitable. Su mal comportamiento lo hizo abandonar la escuela al tercer reporte en el quinto grado, y desde entonces tiene una obsesión por las mujeres obesas; representan en su mente los traumas escolares y maternales, porque también sufrió mal de Edipo y del ipo, tenia tanto ipo que se comió un Aipo y desde entonces canta todo el día. Por eso se hizo músico y grabó un disco con su grupo “ME VALE MADRES”, pronto el Hit de Mámamela todita cobro éxito en todos los antros Gay, donde conoció a un jermano teporocho y se hicieron pareja. Ya como pareja pronto tuvieron muchos problemas: el sexo era malo, por lo que se busco una mujer; con ella aprendió a meter mano a la primera y se hizo de los dos bandos.
Como le excita el exhibicionismo, gustaba de andar desnudo en los baños públicos de aerolíneas pequeñas, y darle amor a quién se pueda; así, disfrazado de conserje suele tener momentos de lujuria tres veces a la semana con azafatas y todas las noches con su jermano: es ser un ser insaciable.
Perdido por el sexo un día encontró una página web, donde le prometían una sesión de masaje con servicio integrado de una escritora, pensó ponerle fin a su mala letra mientras aquella hermosa mujer le profanara con su boca el amor a su querubín, la punta de su lengua quizás podría borrar el olor de su verdadero amor; una coreana de piernas hermosas y ojos enigmáticos. Pero aunque ha probado olor y sabores de todos los bandos, lo cierto es… que sigue embriagado por aquella espía y no ve la hora de meterle mano, para revolver sus dedos en la húmeda de su cuerpo y recargarla sobre su pecho para que sienta toda la fuerza que viene cargando.

Autobiografía imaginaria

Tener sexo o armar un rompecabezas, eran las dos opciones que tenían mis padres esa noche de octubre de 1972. Con diez hijos a cuestas, eligieron lo segundo; sin embargo nací ocho meses después. A su edad, les costó trabajo, pero armaron el contorno. Llegaron mis hermanos y agregaron piezas de presente. Abuelos y tíos le pusieron de pasado.

Algunos primos colaboraron con fracciones de caos. Maestros de diversos grados hicieron lo propio con el segmento de educación; destacando algunos trozos de habilidades e incapacidades. Los amigos y sus valores formaron mi propia escala. Los amores colocaron lo mismo sonrisas que lágrimas. Mis sobrinos, con sus manos pequeñitas, situaron los milagros. La Muerte ha llenado mi espectro multicolor con profundos negros e intensos blancos.

Persona a persona se forma mi esencia, pues de cada una que conozco extraigo una pieza. De aquélla inteligencia, de la otra ternura, de alguien más neurosis y de aquél paciencia. Entre los fragmentos de ellos va surgiendo un todo absurdo y polifacético. Pues cada vez soy más yo, al mismo tiempo que voy siendo un poco de todos ellos.

Arquitecta, escritora, diseñadora, cocinera. Hija, tía, amiga, sobrina, nieta. Ignorante, desquiciada, sarcástica, soberbia. Creativa, culta, arrogante, débil, etérea, imperfecta. Cada día le sumo piezas a mi vida. Y a mis treinta y tres años, cada noche duermo con el temor de no encontrar más piezas y transitar por la vida eternamente incompleta.
Lorena Sanmillán

Poeta a la sazón

Restando dieciséis primaveras a la fecha actual, me da un resultado con el que hoy puedo dividir y multiplicar veintisiete letras: Hablemos claro.
Tenía tres años de edad cuando, al irse el cartero, mis dedos rozaron por primera vez las palabras escritas que ofuscaron mi adicción a las faldas de mi madre, bautizando así mi gusto por la literatura, que en aquél tiempo, ejercía sonriente con puntitos y rayitas de colores en la pared. Algunas cosas se realizan con altura gracias a que antes nacieron bajo las fauces de la inquietud, así como esa punzadita en el estomago, que curiosamente sentí al tocar parte del remitente del aquel paquete qué, aunque teniendo otro destinatario finalmente sería de mi propiedad: Reader's Digest Selecciones. Una colección de cuentos infantiles.
Desde ese día me propuse aprender otro idioma, así llamaba yo a mi empeño por aprender a leer, algo que a la vuelta de un año dominaba modestamente, disfrutando así, a patadas de ahogado, el cuento de Caperucita Roja, Pulgarcito y El Príncipe Rana.
De aquello días conservo los libros, también la inquietud de una niña de preescolar, sólo que ahora presumo a voz en cuello tres cosas: Mis manos sostienen cualquier libro, a Caperucita la salvé del lobo, enviándola con su madre cuando conocí a García Márquez , y lo mejor de todo, que ahora sí soy bilingüe; hablo español y puras pendejadas.

Esa soy yo, una grosería bien educada, que de vez en mes, escribe poesía.

¿Nada más el que lo lea?

Me contaron que nací un dos de febrero. Dicen que mi parto fue tan complicado que mi madre gritaba como loca cada que mis intentos por salir le provocaban un espasmo. Alguien me aseguró incluso, que entre más se dilataba su cuerpo para parirme, más groserías gritaba y mayor era su llanto. Creo que ese fue mi karma, chingar a la madre de la cuna a la sepultura.

Tuve una infancia feliz. Tanto, que no hubo escuela, internado ni reclusorio que me soportara. Fui expulsada de todas las instituciones académicas posibles. Todo comenzó por casualidad, pues aunque canija siempre fui, en mis primeros años trataba de contenerme. La puerca torció el rabo cuando, allá por mi octavo aniversario, alguien tuvo la brillante idea de escribir en uno de mis inmaculados cuadernos la graciosa leyenda de “PUTO EL QUE LO LEA” y después una niña entrometida me delató atribuyendo a mi ingenio, aquella disparatada sentencia. Me gané un prestigio de mal portada que después, con mis propios méritos, me encargué de honrar. Naturalmente, no pasó mucho tiempo antes de que me expulsaran de aquella escuela.

Algunos creen que esa expulsión fue porque escribí mi famosa frase en la oficina de la dirección, pero la verdad es que eso no lo hice yo, a mi me cacharon infraganti agregando a aquella oración y con tinta colorada, “…PERO MÁS PUTO EL QUE LO ESCRIBIÓ”. Me achacaron el crimen completo.

Nunca supe quién fue el verdadero autor de las obras literarias que marcaron mi vida, pero al menos a la condenada niña que me delató aquella primera vez, juré matarla. Todavía conservo la bala y la pistola que robé a mi abuelo justo el día antes de mi expulsión y de que me llevaran a vivir tan lejos. Aun la conservo pues no pierdo la esperanza de que la vida me deje cobrar esa cuentita pendiente…

Biografía en cuatro tiempos

Primer tiempo

Abrí los ojos. Observe el cielo, las nubes bailaban con la humedad azul, la tibieza de mi piel anunciaba la vida, mis pupilas trastocaban el desierto, la soledad, el vacío… sólo nada conocí al nacer.

Segundo tiempo

Mi madre con sus dedos toco mi frente, anuncio mi llegada, con el titulo de mujer me corono, en mi cara escribió en gestos su historia, me entregó el libreto a seguir y memorizar: la risa discreta, la mirada furtiva, las manos serenas con la ternura invicta.

Tercer tiempo

Mi padre entró a mis ojos, en su búsqueda encontró lo que no conocía, pero me dio una fortaleza impuesta, lagrimas de hielo ocultas en mi ira. El patriarcado me esculpió en el mármol femenino.

Cuarto tiempo

¡Se han ido! caminaron sus vidas, ya no toman mis manos para llevarme en sentido contrario a lo que son o soñaron ser.

Ahora desnuda, en el abismo sin tiempo, sin plantas, ni viñas, la locura me abre una yaga, la saliva amarga de entre los dientes sale, gotas saladas ahogan mi garganta.

El insomnio cuida mi cadáver, yo que no termino de morir tengo en espera mi tumba abierta. La cobija son las letras, las pesadillas oscuras mi materia, debo escribir para extinguirme a cuenta gotas, porque es ahora cuando la vida vale la pena.

Ejercicio uno.

Autobiografía imaginaria.

nazco
siento
silente corazón latiente

bebo
lloro
andaré la vida con aplomo

campos
cedros
respiro el silencio venidero

vuelo
cambio
desnudo el ayer del desencanto

lamen
sangre
colmillos en silencio que me maten

años
pasan
el tiempo para mi es más que nada

tiento
bebo
tu cuello para mi no es un misterio

muerdo
chupo
banquete es para mi el mundo entero

solo
quedo
ya no hay de quien beber hay sólo huesos

Puto el que lo lea.

Tenía 8 años cuando comencé a escribir. Cogí el cuaderno de mi compañera de banca y escribí “PUTO EL QUE LO LEA”; lo escondí dentro de sus útiles para después delatar con el profesor el florido lenguaje de ella: Camila. Harta de sus burlas fue mi forma de ponerle fin, y aunque lloró incesantemente nadie la libró de un reporte. Camila me amenazó de muerte pero yo le enfaticé mi descaro: “Soy mas lista que tú, no pierdas el tiempo, eres… una boba.”
La riña continuó unos días después, pero nadie como yo para el drama, así que ante las múltiples acusaciones, resbalé sobre mis mejillas lágrimas y recordé el indicio del mal comportamiento de Camila; esa era su suerte: ser la grosera y mentirosa del salón.
En quinto grado me enamoré de su primo, quien ingresó al colegio por un cambio de casa. Paco era un niño pelirrojo y bravucón, travieso y muy guapo; cuando Camila intuyó mis intenciones quiso prevenirlo pero… nadie como yo para coquetear. Paco y yo fuimos novios casi tres semanas, nos animo el poder compartir secretos, yo le confesé ser la mente criminal de todas las fechorías imputadas a su prima; él ser la causa de que sus padres se divorciaran. Cargados de culpa nos dimos nuestro primer beso.
Paco resultó tener una mente más perversa que la mía; ideó dejar huella de su coraje y juntos pintamos en la puerta de la dirección: PUTO EL QUE LO LEA, como sello de su prima. Camila había ido demasiado lejos, se fue suspendida por dos semanas. A Paco le dio miedo compartir y se interesó más por el béisbol, yo fingí poca importancia y me hice novia de su amigo Juan. Aprendí, quién quiere ser culpable vive al limite sus culpas y quién quiere escribir, aunque sea en las bardas es un buen inicio.

Generación Equis

Hay quienes nos dicen Generación Equis. No sé. Cuando lo escuché por primera vez me sentí ofendida. Como si esa letra definiera mi tiempo y espacio. Incógnita, afrenta, inanidad, tache, superficialidad. La equis como a las reses o como signo de Caín delimitó, en una precaria letra, las características que injustamente atribuían a mi generación.

Muchas veces me ha tocado escuchar sentencias categóricas del tipo: Los jóvenes de hoy ya no leen, ya no escriben, ya no se preocupan. Los jóvenes de hoy navegan por la vida sin vivirla, pegados a aparatos inverosímiles y ajenos a toda realidad. Somos la generación equis porque, a juicio de quienes nos bautizaron, ya nada nos importa.

Para desmentir esas calumnias, desde este espacio, un grupo de chavas y chavos equis fundamos este taller y emitimos la correspondiente

CONVOCATORIA

Este es un taller que convoca, con el pretexto de celebrar a nuestra generación, a demostrar que tenemos mucho por decir y que contamos como aliadas y herramientas, con letras y palabras. Demostrar que somos superficiales porque vivimos a flor de piel, pero que profundizamos, que creemos, que amamos, que reflexionamos, que proponemos, que decidimos y que lo hacemos muy bien.

Este es un taller que convoca, con el pretexto de ejercitarse, a escribir compulsivamente. El pensamiento es un don maravilloso, dejar constancia de él es lo mejor que podemos hacer para honrarlo. El truco es que escribamos, que nos critiquemos, que leamos, que aprendamos. Ejercitar la escritura es la única forma de pulirla.

Este es un taller que convoca, con el pretexto de amistarnos, a conformar un colectivo. Aquí muchos de los que hemos manifestado el gusto por escribir tendremos abierta una cuenta para subir a la red nuestras ideas, nuestros textos, nuestras cuitas, nuestros desvelos. En etse taller cada quién sube lo suyo, sin gurú, moderador, coordinador, superior ni juez. Todos somos talleristas, pero todos tenemos también el derecho pleno de hacer y recibir crítica constructiva desde la porra hasta el porrazo.

Este es un taller que convoca, con el pretexto de vivir, a honrar la literatura. Las letras no han de morir, acá la propuesta es que exploremos todos los géneros y sobre ellos discutamos. Habrá narrativa, poesía, crónica, crítica, guión… Cualquier asunto del que quieran escribir, es cosa sólo de ponerle la etiqueta adecuada.

Este es un taller que convoca, con el pretexto de la juventud, a tomar riesgos. Atrevámonos a inventar, a contradecir, a renegar. Inventemos una nueva literatura, hagamos olas, fundemos corrientes. Propongamos caminos para que una nueva forma de hacer letras sea compatible con los submundos maravillosos de una realidad virtual en crecimiento.
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MECÁNICA

Para formar parte de este taller es necesario simplemente ser invitado por cualquiera de sus miembros y votado por dos más de ellos, hecho lo cual, se dará de alta al nuevo tallerista para que pueda comenzar a postear.

Todos los talleristas podrán escribir lo que gusten y cuando gusten, sin mediar autorización previa ni mucho menos, con el único compromiso de colaborar con algún texto cuando menos una vez al mes.
Si tienen ganas de escribir algo y compartirlo aquí, tendremos todos el chance de aplaudirlo o criticarlo. No importa que sea algo previamente publicado en sus respectivos blogs.

Cualquier miembro o en su caso invitados, propondrán ejercicios de convocatoria abierta a todos los que estén en el taller. En las propuestas dirán las instrucciones del ejercicio. Participará libremente quien deseé hacerlo. Cosas para que el cerebro también haga gimnasia y encaminemos esfuerzos en sentidos claros.
Esté taller está en construcción y la talacha es colectiva. Se acetptan en este blog propuestas de cómo hacerle para que funcione mejor para todas y todos.

Así pues, damos por inaugurado este espacio abierto a todos los que se consideren como parte de ésta, una generación a la que una letra le queda corta. ¿Quiénes somos? La generación del control remoto, del MP3, del Play Station, del Hotmail, de la Banda Ancha, del GSM. La generación de la literatura inmediata, electrónica, fortuita, bella. La generación de la blogosfera.

Somos pues las hijas e hijos del siglo XXI y venimos partiendo plaza…

Besos
Una X